Hambre y cinismo sindical

DE ASOMBRO en asombro, cada vez iniciamos el día con más ganas de llorar. Ayer leíamos en la prensa que más del 50 por ciento de los hogares canarios se han empobrecido. El 53,6% de las familias canarias gastan menos de 500 euros mensuales en hacer la compra. ¿Tenemos o no tenemos razón cuando hablamos de hambre? Que nadie lo dude: sin independencia, sin economía propia, sin capacidad para administrar nuestros recursos -que son muchos pero están en manos de los peninsulares y de los godos- no podremos salir de esta miseria. Al contrario: cada día nos hundiremos más en ella porque España, país colonizador que nos mantiene uncidos a él por un pesado yugo, nos arrastra al abismo. Los españoles no levantarán cabeza mientras Zapatero siga al frente del Gobierno, ni estas Islas volverán a ser afortunadas hasta que no recuperen la libertad que tenían hasta los aciagos tiempos de la conquista genocida. Canarias no puede prosperar mientras tengamos que cumplir las disposiciones económicas españolas.

El hambre está extendiéndose desde los hogares de las familias menos pudientes a las de tipo medio. Donde antes cundía la abundancia, ahora se extiende la miseria. No nos estamos dando cuenta de la gravedad de cuanto sucede, aunque la situación se está tornando angustiosa, porque todavía existen comedores sociales donde pueden mitigar la escasez de alimentos quienes cada vez tienen más dificultades para ir al supermercado. De momento esas ayudas funcionan aunque no podrán prolongarse eternamente porque los recursos se acaban. Lo señaló hace poco Ignacio González Santiago, concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Santa Cruz, en un programa de EL DÍA Televisión. Urge crear empleo para que la gente pueda volver a comer por sus medios. A comer y a vestirse, pues el estado de necesidad de muchas personas también se refleja en su vestimenta. Se está produciendo una uniformidad en el vestir con ropa barata adquirida en mercadillos. En definitiva, está desapareciendo la calidad de vida en unas Islas, como decimos, que antes se caracterizaban precisamente por lo contrario: por el confort con el que vivían sus habitantes. Hasta los coches que circulaban por las calles y las carreteras de Canarias eran la envidia de los peninsulares y otros extranjeros que nos visitaban.

A esta calidad de vida unía el Archipiélago canario la bondad de sus temperaturas -Tenerife siempre ha sido la isla de la eterna primavera- y la belleza de sus paisajes, con la excepción de Las Palmas donde, salvando la Vega de San Mateo, sólo hay secarrales, tierras amarillas y unos montes minúsculos poblados por pinos famélicos cuya contemplación inspira pena y desolación. Razones más que sobradas para la existencia de un complejo de inferioridad que sus dirigentes políticos, e incluso algunos de sus habitantes enloquecidos por la soberbia locura de éstos, tratan de mitigar anteponiendo un engañoso "gran" al nombre de esa isla, a pesar de todo, hermana: Canaria. Y de una calamidad a un disparate.

Estamos convencidos, como lo están muchos de nuestros lectores, de que después de los socialistas de Zapatero (a los socialistas humanistas siempre los hemos respetado y seguiremos haciéndolo), los sindicatos y los sindicalistas son los principales culpables de la crisis de España y de Canarias. UGT y CC.OO. quieren que el Gobierno de Canarias aumente la recaudación de impuestos en unos 300 millones de euros para que sus "liberados" no tengan que volver a trabajar a partir del 1 de enero, cuando entren en vigor las medidas que tiene previstas el Gobierno regional para reducir el gasto público.

Uno de los efectos más beneficiosos que traerá la independencia de Canarias será la desaparición de estos sindicatos españolistas, ya que nada aportan al bienestar de nuestras Islas. Todo lo contrario: al ir contra los empresarios, perjudican a los trabajadores porque son aquellos los que crean empleo, riqueza y bienestar. Sólo podemos calificar de cínica esa manifestación de CC.OO. y UGT de que consideran inconstitucionales las medidas previstas por el Gobierno autonómico para reducir el déficit público. Lo repetimos: son los sindicatos, juntamente con el Partido Socialista, los que están echando a perder a España (en España no se trabaja) y, consiguientemente debido a nuestra situación de dependencia colonial, también a Canarias. Gracias al PSOE y a estos sindicatos convertidos en nidos de gandules, cada día es más cierto que África empieza en los Pirineos, con la salvedad de que los países africanos son en la actualidad naciones libres, mientras que nosotros seguimos siendo esclavos, aunque sea administrativos, de los españoles.