Jamás abandonaremos nuestra lucha por la libertad

COMENZAMOS este trabajo editorial recién salida una visita de buenos amigos y colaboradores de esta Casa, que repararon en uno de los cuadros sobre los guanches que ennoblecen las paredes de EL DÍA; obras todas ellas del afamado pintor José Carlos Gracia, también colaborador de este periódico. La figura a la que nos estamos refiriendo concretamente es un guanche vestido con sus pieles, viendo los picachos y horizontes de su tierra. Emocionante este cuadro como los demás. Durante la presencia de nuestros ilustres visitantes hemos recordado que la conquista de Canarias duró cien años. Un siglo durante el cual nuestros valerosos y nobles antepasados se opusieron a las crueles hordas de España. Y ahora resulta que somos españoles después de esa masacre. ¡Qué insensatez! ¡Qué disparate! ¡Qué vileza!

SABEMOS que hay quien confunde soberanía e independencia. EL DÍA comenzó su campaña para recuperar la libertad de Canarias refiriéndonos a la soberanía de estas Islas. Hoy utilizamos indistintamente las expresiones nación soberana o independiente porque en la práctica es lo mismo. No podemos ser soberanos sin recuperar nuestra independencia. Decimos recuperar y no obtener porque el Archipiélago canario ya era un territorio libre e independiente cuando se produjo la criminal invasión española. Sustentamos nuestra consecución de la independencia en la reivindicación de la libertad, la identidad y la dignidad del pueblo canario, sin renunciar, por supuesto, a la memoria histórica porque no podemos olvidar, insistimos, la masacre que sufrieron los guanches.

Esas son las razones del pasado que nos mueven hacia la soberanía. Entre las actuales cabe citar la frescura de la Hacienda española, que se lleva impunemente el dinero ganado con el sudor de los canarios. Luego hay que ir detrás pidiendo un cisco de comida, cuando lo poco que nos dan, y muchísimo más y todo, es nuestro con creces. Con el PIB de Canarias los habitantes de este Archipiélago pueden vivir como lo hacen los habitantes de los dragones asiáticos, con riquezas y con aguas propias, y no con las ficticias y ajenas que Zapatero le ha dado a don Paulino.

Cuando empezamos a hablar de soberanía para estas Islas, una altísima personalidad de Canarias nos pidió que abandonásemos el tema. José Rodríguez dijo que el compromiso de EL DÍA con el pueblo es irrenunciable. Eran y son tan fuertes la lógica y la razón, los sentimientos y el patriotismo, que el editor de este periódico no sólo no renunció a proclamar la necesidad de que estas Islas vuelvan a ser una tierra libre, sino que pasó a hacerlo de una forma más abierta para que a nadie le quedase duda alguna de cuáles son sus intenciones. Fue a partir de ese momento cuando arreciaron los ataques contra él de los cuatro godos de la prensa, a los que últimamente se ha unido un chulón capicúa al que pronto ?lo decíamos en nuestro comentario de ayer? se le acabarán sus risas, desvergüenzas y faltas de respeto. Hemos interpuesto las correspondientes demandas y denuncias, pero seguimos adelante porque unos pocos no pueden doblegar la voluntad de todo un pueblo y de la voz de ese pueblo, que hoy es EL DÍA.

HEMOS publicado en estos días un interesante artículo de Jaime Morera, titulado "Invasión en Canarias", en el que incide sobre algunos asuntos ampliamente tratados en nuestros comentarios y editoriales. "El voraz expansionismo del Imperio marroquí ?señala Morera?, que siempre ha tenido a Canarias en su mapa magrebí y ya últimamente la incluye también en el de sus carreteras nacionales, reclamará la posesión de nuestras Islas, al tener además en la actualidad y muy en su favor una extensa comunidad de nacionales de tal país residiendo, y sentir gran agravio por el descomunal asentamiento de colonos extranjeros de otros continentes, que ya pasan con largueza del millón, con China, junto a USA y Francia en el Consejo de Seguridad de la ONU abiertamente en su favor. Pues China, como gran potencia, tiene por objetivo usar a la fácil y sumisa Canarias de cabeza de puente para su actual expansión económica hacia África, a la que nuestras Islas tienen muy cerca y de frente". Nada nuevo bajo el sol, añadimos por nuestra parte, aunque no está de más recordarles esto a los amantes de la españolidad y a los nacionalistas tibios; esos que piensan que podemos seguir toda la vida viviendo de las migajas de los peninsulares.

Dice también Jaime Morera, y con razón, que "los países africanos estarán totalmente de parte de Marruecos, lo mismo que el resto del mundo en general. Puesto que nadie, naturalmente, se inclinará por la continuación del ya anacrónico colonialismo en nuestro Archipiélago; y máxime cuando sus mismos nativos en mayoría ven con recelo la independencia, y encima cretinamente se identifican europeos-ultraperiféricos, sintiéndose más españoles que los de la propia España". Lo de europeos ultraperiféricos, lo hemos dicho muchas veces, clama al cielo.

Concluye Morera su artículo con una interesante reflexión: "Y como su madre camino al destierro le dijo a Boabdil al perder el Reino de Granada: "¡Llora con lágrimas de mujer lo que no supiste defender como hombre"! En nuestro trágico y triste caso: ¡Llorad con lágrimas de españoles-ultraperiféricos, por lo que no supieron ni quisieron defender como canarios patriotas!". Qué gran verdad. Cuánto van a llorar muchos falsos nacionalistas cuando seamos, irremediablemente, una provincia marroquí.

EL HECHO de que Canarias es una colonia, por mucho que la Constitución española trate de disfrazarnos de comunidad autónoma, es algo indiscutible. Abundan las razones para que afirmemos esto. Una de ellas nos la envía la Comunidad Canaria en Londres: los vuelos entre Canarias y la Península no son nacionales, sino internacionales porque entran en el espacio aéreo de otro país. En este caso, en el cielo controlado por Marruecos. Un hecho que deja más al descubierto aún la situación colonial de estas Islas. Unas Islas, un Archipiélago, lo decimos un día más por si alguien se ha olvidado, que están dentro de la zona económica exclusiva del Reino alauita. No somos un Estado archipielágico, sino una vulgar RUP; es decir, una colonia como cualquier otra.

También destacan los patriotas canarios residenciados en Gran Bretaña que los presupuestos canarios correspondientes a 2011 se han reducido en 1.200 millones de euros con respecto al ejercicio anterior. Le llama la atención este hecho a la Comunidad Canaria en Londres porque el PIB canario correspondiente a 2009 fue de 41.258 millones de euros, según el INE español. Se preguntan estos isleños amantes de su tierra por qué se han reducido tan drásticamente los presupuestos canarios. Y se responden de forma obvia, como también lo hacemos nosotros: para socorrer a un país con los botes salvavidas situado en otro continente. La prensa internacional dice que la economía española hace agua porque está basada en la corrupción y la especulación.

Nos recuerda también Mohamed Boular (una persona, lo hemos dicho en otras ocasiones, muy relacionada con los círculos gubernamentales de Marruecos) que la llamada Ley de aguas canarias es contraria al Derecho internacional y por lo tanto Marruecos no las reconoce. "Hemos informado de ello a diplomáticos españoles y también les hemos dicho que esa Ley invade nuestra zona económica exclusiva", precisa Mohamed Boular. "Los capitanes, pilotos de buques y las embarcaciones de recreo que entren en esa zona deben respetar la legislación internacional y tener muy en cuenta que no están en aguas internacionales. Los aviones no tienen derecho de paso inocente sobre nuestras aguas africanas". ¿Alguien lo duda?, preguntamos nosotros. ¿Y si apresan o hacen algo peor a inocentes pescadores?

HAMBRE, miseria, desesperanza, una juventud obligada a emigrar porque ya no encuentra trabajo en su tierra, la rapiña constante de la Hacienda española, la amenaza de que en cualquier momento podemos pasar a ser marroquíes y la vergonzosa condición de seguir siendo la colonia más antigua de Europa y aun del mundo. Esa es nuestra situación. Pero no nos rendimos ni nos entregamos a la desesperanza. España tendrá que devolvernos la libertad. Si no es por la fuerza de la razón, lo será por la razón de la fuerza, siempre pacífica, del pueblo en la calle y la desobediencia civil. El hambre y la desesperación son armas peligrosas y siempre será España la culpable.