UNA DESCENDIENTE DE LOS MENCEYES DE ADAAY, ZEBENZUÍ E INTINGUADANA********

"Me siento cada día en la plaza que lleva su nombre en La Cuesta y me acuerdo de lo grande que ha sido. ¿Cómo quiere que la recordemos los canarios?" Así se dirigió un admirador a la cantadora de La Punta del Hidalgo Olga Ramos al final del reciente homenaje que recibió en el Conservatorio Superior. Humilde como siempre, la que fuera voz solista del grupo Los Zebenzui le contestó que solo era una mujer amante del folclore que "mamó" de niña junto a su padre, Manuel, y su tío, Sebastián Ramos "el Puntero". Olga reconoce haber cantado tantas veces el arroró, la copla que le dio fama dentro y fuera de las islas, "que ya forma parte de mi identidad".

¿Qué tiene La Punta para dar tantos y tan grandes cantadores?

No lo sé, pero han proliferado allí cantadores, tocadores y bailadores. Tal vez sea porque se trata de un rincón al final de la costa, aislado, en el que si sigues adelante te caes al mar. Eso ha propiciado un pueblo tranquilo y familiar, con múltiples reuniones de gentes relacionadas por lazos de sangre y amistad. De ahí surgen luego las parrandas, el cante y el baile.

¿Cómo recuerda a su padre, Manuel, y a su tío, Sebastián?

Mi padre lo fue todo para mí: maestro, compañero y amigo. Mi madre murió cuando era muy niña. De él conservo los mejores recuerdos; siempre me aconsejó en la vida y en mi carrera. Respecto a mi tío Sebastián, era una persona encantadora, con una voz única. Tuve la fortuna de cantar con él y debo desmentir que fuera mi padre porque mucha gente lo cree todavía. Siempre digo de broma que tuve dos padres.

¿La música se lleva en los genes?

Puede llevarse en la sangre y que uno reproduzca lo que ha mamado, pero la clave está en escuchar mucho. También hay grandes cantadores que no tienen ningún antecedente musical.

¿Cómo valora la trayectoria artística y vital de sus hijos?

Como madre, es normal que me sienta orgullosa. José Manuel y Beatriz han seguido su camino en la música y son conocidos para el gran público. Pero debo nombrar a mi otra hija, Olga, menos popular. Actualmente está en Granada y durante muchos años ha dado clases de baile a los niños. Los tres cantan muy bien folclore.

¿Cuál es el momento actual del folclore? ¿Hay cantera?

Hay gente a la que le gusta hacer otras cosas partiendo del folclore y otros que mantienen la manera tradicional de cantar o de bailar. Las dos opciones las respeto. Yo canto boleros o rancheras desde que era pequeña y siempre han formado parte del repertorio de la música popular. Lo fundamental es el respeto por las tradiciones de los mayores y poner amor en lo que se hace. Deben escuchar e intentar copiar lo mejor para luego crear un estilo propio.

¿Hay muchas voces "perdidas" en centros de la tercera edad?

Sí, sobre todo mayores que por circunstancias no han podido darse a conocer y cantan muy bien.

¿Qué le hace falta a la música popular de esta tierra?

Apoyo de las instituciones. Pero no solo al folclore, también a la lírica, un campo con grandes voces. Está muy bien traer a grandes figuras de fuera, pero hay que ayudar a la gente de la tierra.

¿El mejor cantador y la mejor cantadora de la historia?

No me gusta esa competencia. Mi tío tenía una voz única, pero no ha sido el mejor. Lo mismo digo de otro gran cantador y extraordinario compañero como Dacio Ferrera. Cada uno es diferente y esa mezcla de estilos hace grande nuestro folclore.

¿Qué le debe la música popular canaria al programa "Tenderete" y a Nanino Díaz-Cutillas?

Mucho. Allí se dieron a conocer los mejores cantadores canarios y Nanino fue una persona encantadora que hizo una impagable labor de divulgación del folclore.

¿Cómo ve la idea de digitalizar las grabaciones para conservar las coplas y legarlas a las generaciones futuras?

Me parece una gran idea porque de mi padre, por ejemplo, solo queda una grabación, y de mi tío alguna más. Eran auténticos en el sentido de no engañar nunca al público y creo que yo lo heredé. José Peraza de Ayala, propietario de la finca Sabanda, donde nacieron Los Sabandeños, siempre me decía: "Olga, eres muy auténtica y esa entrega que te sale de dentro nunca engaña al público".

¿Qué ha supuesto el arrorró para usted?

Es una canción que está muy unida a mí. La he cantado tantas veces que ya forma parte de mi identidad. Y, aún hoy en día, no paran de pedirla.

¿Los "Seven sweets"?

Olga Ramos acudió recientemente, junto a sus hijos José Manuel y Beatriz, al Conservatorio, donde tuvo un emotivo encuentro con los alumnos en una clase abierta del profesor Fernando Hernández. Allí recibió el cariño de los jóvenes que le brindaron una espectacular versión de "Las folías del querer " para quinteto de viento. La solista de Parranda de Cantadores recordó su infancia en La Punta del Hidalgo y contó algunas anécdotas de la época en la que formó parte del grupo familiar Los Zebenzui en los años setenta y ochenta. Por ejemplo, relató cuando una señora, antes de actuar en Bajamar, les recriminó que alardearan de canariedad y se llamaran, según ella, Los "seven sweets" (los siete dulces en inglés). También recordó que en otra ocasión, en el Puerto de la Cruz, les anunciaron como "los magos de La Punta" y "no salimos hasta que rectificaron porque magos, sí, y a mucha honra, pero dicho así, no", explicó esta "señora de la copla". Concluyó con su faceta de docente de la danza que le llevó durante una etapa de su vida por los centros educativos de La Laguna.