
A mis queridas Palmeras yo las quiero recordar, tres estrellas que brillan en lo alto de un altar, se ganaron el cielo por su eterna bondad y en la vida sufrieron lo peor que a una persona le puede pasar: Que vengan a tu tierra y de ella te quieran echar con armas, pero con salvajes que te puedes esperar, eran como animales sin domesticar. A masacrar, robar, matar y violar, fueron los evangelizadores a nuestra tierra. Pero el cielo las premió y ahí brillando están, día a día con nosotros sin dejar de brillar. Les quiero, mi familia.
FIRMADO POR: YBALLA RODRÍGUEZ SANTANA.
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