NINGÚN PUEBLO CELEBRA SU DERROTA - CANARIAS LIBRE - SEGUIMOS ALZADOS - DESCOLONIZACIÓN, YA - CABILDOS MUY GODOS.

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viernes, 22 de octubre de 2010

Despierta, canario; despierta

ESE ESTRECHÓN de manos entre Paulino Rivero y Rodríguez Zapatero ha sido un golpe bajo para Canarias. Hemos visto la foto, lo señalábamos el otro día, de una mano flácida (la de Zapatero) y otra (la de Paulino) feliz y agradecida. ¿Feliz y agradecida por qué?, nos preguntamos. ¿Feliz por la continuidad del sometimiento a la Metrópoli?

Persiste el miedo y la narcosis entre los canarios, somos conscientes de ello, pero también sabemos que estamos en el comienzo del fin de esta era de nacionalistas falsos y de partidos estatales que defienden los intereses de España en detrimento de Canarias. Decir independentista todavía suena a decir revolución. Hasta hay quien cree que eso es un pecado. Pero quienes así piensan no saben que se trata de todo lo contrario: los independentistas son los redentores que están aquí para devolverle a Canarias la libertad a la que tienen derecho todos los seres humanos. Las personas nacen libres, aunque luego sean encadenadas por la maldad de los más fuertes. Un símil que retrotraemos a los tiempos de los guanches, que cada vez están más cerca de nosotros en nuestro corazón. Qué crimen tan vil se cometió con ese pueblo. ¿Hay que amar la españolidad? En cierto municipio sonó, y se aprobó, la petición de confirmar la españolidad de Canarias. Qué error humano, qué error político, qué forma de marchar contra los designios del pueblo, que es lo mismo que ir contra los designios de Dios. Aunque esto suene a sermón de púlpito, fatalmente es la realidad.

Canarias necesita ser una república regida por el hombre o la mujer más competente y más patriota. Canarias necesita también una Constitución y, lo repetimos, una nueva política sustentada en ideologías que beneficien al pueblo, no a los malos políticos que lo esquilmen. Canarias grita por su libertad; grita por tener identidad en el mundo y convivir con ese mundo, y con nosotros mismos, con la mayor dignidad posible. Canarias ha estado a punto, hace unos días, de ver el comienzo de esta luz de libertad. Pero en lugar de un estrechón de manos que sellase el acuerdo para el inicio de la independencia, lo pactado ha sido perpetuar la sumisión; una palabra suave para hablar de la esclavitud ejercida por un país sobre otro mediante la fuerza. ¿O es que piensa alguien que si no es por la fuerza los canarios aceptarían pasar hambre, mientras los galeones de la Agencia Tributaria española se llevan sus riquezas para que las disfruten los españoles? Con qué pena, o con qué desgarro del alma, observamos como cada trimestre, en las fechas oficiales señaladas, comienzan las declaraciones y las autorizaciones para despojarnos de lo nuestro en beneficio de la Metrópoli.

Mañana sábado despuntará un brote más del todavía tímido, aunque irá alzando su tono de exigencias, clamor canario para recobrar algo que nos pertenece y que en su día nos fue robado: la libertad. Y nos estamos refiriendo al subterfugio muy valioso de homenaje a la bandera canaria, que en realidad es un paso más hacia la consecución de nuestra soberanía y nuestra seguridad. Porque tanto como súbditos de España o de Marruecos, subsistiremos sin identidad propia. No hay derecho a que malvivamos rodeados con esta opresión e indignidad. Si antes, y a través de la resolución 1.514 de la ONU, no nos llega la descolonización, los quintacolumnistas canarios más justificados de toda su historia la procurarán desde dentro. Estamos haciendo referencia a la presencia de los partidos independentistas en las instituciones a partir de las próximas elecciones autonómicas. Presencia que sólo puede aportar, o tener, un pueblo despierto de la narcosis, para que se puedan superar los límites de las cuotas señaladas por la ley electoral para acceder a dichas instituciones.

Don Paulino, lo sentimos pero, o da usted marcha atrás y pide la independencia, o delenda est CC. Lo decimos en latín pero se lo aclaramos en el lenguaje de la calle: se acabó CC. Sólo sobrevivirán los dos partidos españoles que nos subyugan a España y a su capataz en Canarias: la tercera isla. Despierta, pueblo; despierta. Parafraseando la letra de La tabernera del puerto, (Despierta negro que viene el blanco, desde el navío te está mirando), hemos de decir despierta, canario, despierta, que viene el godo o el moro. Nos hemos atrevido a escribir "negro", "godo" y "moro" temerosos ante la posibilidad de que alguien nos lleve otra vez a un juzgado.

1 comentario:

  1. Justo Antolinez CRiba dni 0748808925 de octubre de 2010, 17:27

    Hola, David, si David Zamorano. sabemos que estuvo en el alboroto de Santa cruz. volvemos a las andadas?

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